Por Domingo Ramírez Rodríguez (abogado, politólogo, comunicador y político).
La tragedia del Jet Set acaecida en la madrugada del pasado 7 de abril del 2025, con 226 muertos hasta ahora, y varios heridos que aún permanecen en los centros de salud tratando de recuperarse de tan lamentable suceso, no fue producto de un fenómeno natural, llamase (terremoto, huracán, tornado, incendio natural o tormenta), es decir no fue por causa mayor o caso fortuito, todo luce indicar que el techo del club nocturno se cayó por torpeza, imprudencia, inadvertencia, negligencia, o inobservancia de los reglamentos, cometidas por los dueños o responsables de la administración del establecimiento; y en ese caso podría hablarse de homicidio involuntario, y tal como dispone el artículo 319 del Código Penal Dominicano, los responsables podrían ser castigados con prisión correccional de tres meses a dos años en caso de comprobarse.
En tanto, que por las lesiones provocadas, los responsables de la administración y dueños del establecimiento, podrían ser sometidos en virtud de las disposiciones del artículo 310 del Código Penal Dominicano.
En cuanto al ámbito civil, nuestro Código Civil en relación al capítulo de los delitos y cuasidelitos, dispone en su artículo 1382, que “cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño, obliga a aquel por cuya culpa sucedió, a repararlo”, mientras que el artículo 1383 del mismo Código establece que “Cada cual es responsable del perjuicio que ha causado, no solamente por un hecho suyo, sino también por su negligencia o su imprudencia”.
De forma especifica, el artículo 1386 del mencionado Código Civil, dispone que “El dueño de un edificio es responsable del daño que cause su ruina, cuando ha tenido lugar como consecuencia de
culpa suya o por vicio en su construcción”. Situación esta que podría encajar perfectamente en lo ocurrido en el Jet Set. Existen infinidad de jurisprudencias emanadas de la Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana en ese sentido.
La tragedia del Jet Set debió evitarse, y como no se evitó, los dueños y responsables de la administración de ese negocio ahora se tendrán que ver la cara frente a frente en la justicia con los afectados y con los descendientes de las víctimas de este horrible suceso.
Tambien habrá de determinarse la responsabilidad de las autoridades responsables de otorgar la permisologia de uso de ese lugar, pues no se puede olvidar que en el mes de julio del año 2023, el Jet Set fue objeto de un fuego y se supone que para volver a operar debió ser sometido a un proceso riguroso de inspección de su estructura.
Es decir que si hay funcionarios que otorgaron permisos irregulares o ignoraron las denuncias, deberían ser investigados por prevaricación o negligencia administrativa y también deberán responder ante la justicia.
Toca a las autoridades, llamase Procuraduría General de la República, realizar una investigación profunda y exhaustiva sobre las causas del colapso del techo del Jet Set, por lo que habrá de conformarse un equipo multidisciplinario que incluya profesionales expertos en estructuras de construcción designado por el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA), representantes del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, Defensa Civil, el ministerio de Medio Ambiente, y de ser necesario buscar ayuda y asesoramiento internacional.
La tragedia del Jet Set, es sin lugar a dudas la peor ocurrida en El Caribe en los últimos años. Cabe resaltar que en América Latina hemos tenido varias tragedias en establecimientos similares, tales son los casos de la disco Utopía, en el Perú, donde 29 jóvenes perdieron la vida en el año 2002, por cuyo caso hubo condenas de hasta 15 años de prisión contra propietarios y otros responsables. Un tribunal peruanos encontró a los responsables culpables por acumular 500 personas en un local que solo podía tener 400, y por no tener señalizadas ni habilitadas las vías de emergencia de dicha discoteca.
En el año 2004, un incendio acabó con la vida de 194 personas y dejó heridas a 1.400, en la discoteca Cromañón, en la República de La Argentina. Por la situación, el señor Omar Chabán, fue condenado a 20 años, mientras que Diego Argañaraz fue enviado a prisión por 18 años, a los cuales se le acusó por cargos de incendio doloso calificado y cohecho. Se recuerda que en la misma Argentina en el año 2013, un local que era usado para actividades relacionadas con el Boliche fue convertido en una discoteca y hubo una tragedia que dejó varios muertos y heridos; y la indignación de una parte de la población fue tan grande que produjo efectos políticos catastróficos para quienes gobernaban en el momento.
El ejemplo más reciente y lamentable ocurrió en Brasil, específicamente en el Estado de Río Grande, donde en la discoteca Kiss, en una fiesta de estudiantes un incendio se llevó a 242 personas y en tanto que otras 636 resultaron heridas. Por el suceso fueron juzgado Elissandro Spohr, Mauro Hoffmann, Marcelo de Jesús y Luciano Bonilla, los cuales fueron juzgado por homicidio en contra de 242 personas y tentativa contra 636, y a su vez fueron condenados a pena de prisión que oscilan entre 18 y 22 años de cárcel.
Reitero que el pueblo dominicano es valiente, gallardo y resiliente, lo ha demostrado a lo largo de su gloriosa historia. Con pena, dolor, llanto, lamento, lágrimas y congoja enterraremos a nuestros muertos y curaremos a nuestros heridos dejados por la tragedia ocurrida en el Jet Set, sin embargo en la medida en que vayamos saliendo del duelo y el luto que generan la irreparable pérdida de los nuestros seres queridos, la gente empezará a exigir que se aclaren las causas que provocaron el colapso de la estructura que sostenía el techo de ese club nocturno.
Todo dominicano que se respete, que le duela su país, que sienta por su gente debe exigir una investigación clara y exhaustiva de lo acontecido en ese lugar. Nada de paños tibios, ni complicidades perversas, si alguien se equivocó debe pagar las consecuencias de su equivocación, sea quien sea. No fueron moscas que murieron, fueron seres humanos, por lo tanto exigimos cuentas claras.