Por: Lic. José Miguel Mañón Martinez
Agrimensor, Abogado y Tasador
Santo Domingo, RD. – En un mundo donde la economía de mercado se proclama como la vía hacia la prosperidad, una pregunta punzante emerge con fuerza: ¿por qué vastas poblaciones en los países en desarrollo, poseedoras de activos significativos, permanecen al margen de los beneficios del capitalismo? Esta es la interrogante central que Hernando de Soto aborda con perspicacia en el primer capítulo de su influyente obra, “El Misterio del Capital”.
Lejos de la imagen de carencia absoluta, De Soto nos presenta una realidad sorprendente la pobreza en el mundo en desarrollo no radica en la falta de riqueza, sino en la incapacidad de transformar esa riqueza en capital vivo y dinámico. Millones de personas poseen viviendas, negocios y tierras, pero estos activos existen en una suerte de limbo económico, un “sector informal” donde las reglas del juego son difusas y la conexión con la economía formal es prácticamente inexistente.
La influyente obra de Hernando de Soto, “El Misterio del Capital”, ha resonado con fuerza en diversos círculos académicos y políticos de la República Dominicana. Su tesis central, que la incapacidad de convertir los activos informales en capital formal es la principal traba para el desarrollo en los países en vías de desarrollo, ha generado un intenso debate sobre cómo aplicar sus ideas en el contexto dominicano. El “capítulo uno” de este análisis, que explora la magnitud de la riqueza “muerta” o no titulada, plantea interrogantes cruciales para el futuro económico del país.
De Soto argumenta que vastas cantidades de activos – desde viviendas sin títulos de propiedad claros hasta negocios operando al margen de la ley – permanecen “ocultas” y sin poder generar valor económico pleno. En el caso dominicano, esta realidad se manifiesta en la significativa proporción de la población que vive en asentamientos informales, la complejidad y el costo de los procesos de titulación de tierras, y la persistencia de una economía informal considerable.
El “capítulo uno” del “Misterio del Capital” nos invita a reflexionar sobre la magnitud de este capital “muerto” en la República Dominicana. ¿Cuántas propiedades permanecen sin títulos claros, impidiendo a sus dueños acceder a créditos, utilizarlas como garantía o integrarlas plenamente al mercado formal? ¿Cuántos negocios informales operan con limitaciones para crecer y expandirse debido a la falta de reconocimiento legal y acceso a financiamiento?
Pero hemos podido ver que en los últimos años y haciendo una analogía de lo que plantea en autor, desde el año 2012 el gobierno dominicano a través Comisión Permanente de Titulación de Terrenos del Estado fue creada con el Decreto 624-12 el 10 de noviembre de año 2012 creada con la finalidad fundamental de formular, concertar, apoyar y promocionar políticas y estrategias tendentes a impulsar y materializar la solución definitiva del problema de la falta de titulación o registro actualizado de la propiedad inmobiliaria en República Dominicana, se están realizando titulaciones masiva de terreno del Estado y de terreno que no tiene ningún registro, esto se hace en base del principio que todos los terrenos son del Estado, esta acción provoca un aumento significativo en la seguridad inmobiliaria, el gobierno del Presidente de Luis Abinader es la gestión que más terrenos sean titulado.
Sin embargo, vemos como el gobierno dominicano a concentrados algunas instituciones que manejan inmuebles como son el Consejo Estatal del Azúcar, Cordes, IAD, varias fusionadas de Bienes Nacionales y la otra al Ministerio de Agricultura, con finalidad de saber en manos de quien están esos terreno, y si pueden ser objeto de ser titulados por el Estado, pero en ese aspecto el gobierno es discriminatorio en el sentido que le otorga títulos gratuitos a quien invadieron terrenos públicos, y pone trabas a quien compraron pero aún tienen deudas pendientes con las instituciones que vendieron terrenos, y otros que han saldado totalmente, afectando así el acceso a algún tipo de financiamiento inmobiliario.
Bienes Nacionales bajo de Dirección de Rafael Burgos Gómez es la institución que más trabas pone a los usuarios que buscan regularizar su estatus inmobiliario en el país que decidieron hacer su deslinde o regularización parcelaria de manera privada, y ven truncadas esa posibilidad cuando en Bienes Nacionales duran hasta un año para entregar una radiación, enviar un simple oficio de no objeción a deslinde, tanto son los casos que personas han realizado la transferencia en Impuestos Internos y ni así agilizan en esta institución mal dirigida para que los ciudadanos puedan culminar su proceso ante el registro inmobiliario, que es un ejemplo de lo que plantea el autor,que no se debe hacer y que impide que inmueble pase de ser un pasivo aun activo productivo.
Desentrañar el “misterio del capital” en la República Dominicana no es solo una cuestión técnica o económica; es un imperativo social y político para construir una nación más justa, equitativa y próspera para todos sus ciudadanos.
Finalizamos diciendo que comprender y abordar estos “misterios” podría ser clave para desbloquear un crecimiento económico más equitativo y sostenible en la región. La pregunta que surge ahora es cómo implementar las reformas necesarias para transformar este “capital muerto” en una fuerza viva para el desarrollo.